A veces se pierde la fe y un arrebato de locura nos obliga a desconectar todo vínculo con la naturaleza de origen. La inmolación adquiere, entonces, sentido de purificación. OREJAS DE BURRO tuvo una época, un ciclo y un amor interrumpido a la palabra. Hoy renace, en la terquedad, el sueño y la esperanza, gracias a la flaca voluntad de una razón en la conciencia, que salva a las OREJAS del naufragio.
sábado, 1 de febrero de 2014
SALVAR EL CUERO
Envejecí y no pude cambiar de piel
Neja y percudida, se fue llenando de besos y lunares de amores perturbados
Hubiera deseado desgarrarla en los zarzales de la conmiseración pero seguí arrastrado por la perseverancia de un mejor momento
La espera, la tonta necedad frustrada de mudar, de renacer bajo el chorro de la fuente
fue siempre la esperanza en mis bolsillos rotos
Un barco de papel zarpó de mis axilas y navegó los años infinitos entre tempestades de resolana y frío
Finalmente ancló sus aventuras en los poros salobres de mi propia suerte
Las verrugas brotaron como alcachofas en el cuello y las ingles
hasta inhibir el entusiasmo pueril de los orgasmos
Hubo grietas y sismos
hecatombes lacerantes de otras pieles
Perdí el pelo y los dientes
Zurcí las roturas con saliva y los remiendos son trofeo de la nostalgia
Ahuyenté los sueños que me acosan
y pernocté en la caverna de los zorros azules.
Ahora, solo me resta salvar el cuero de la melancolía.
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